lunes, 4 de junio de 2012


La actitud de Teresa de total entrega a la Voluntad de Dios, no importa lo que Dios pida, no importa lo que Dios mande, viene mejor expresada en este poema, del cual hemos extraído algunas estrofas:
Vuestra soy, para vos nací,
¿Qué mandáis hacer de mí?
Dadme riqueza o pobreza,
Dad consuelo o desconsuelo,
Dadme alegría o tristeza,
Dadme infierno o dadme cielo,
Vida dulce, sol sin velo,
Que a todo digo que sí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Dadme, pues sabiduría,
O por amor, ignorancia,
Dadme años de abundancia
o de hambre y carestía;
Dad tiniebla o claro día;
pues del todo me rendí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Dadme Calvario o Tabor,
Desierto o tierra abundosa,
Sea Job en el dolor,
O Juan que al pecho reposa;
Sea la viña fructuosa
O estéril, si cumple así.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Si queréis, dadme oración,
Si no, dadme sequedad,
Si abundancia y devoción,
Y si no, esterilidad.
Soberana Majestad,
Sólo hallo paz aquí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Vuestra soy, para vos nací,
¿Qué mandáis hacer de mí?
La voluntad de Dios..
"Dios no se da a Sí del todo, hasta que no nos damos del todo".
Hay que mirar por encima de nuestros conceptos humanos, por buenos que puedan parecer, y atender a la Voluntad de Dios antes que a la nuestra, porque dice el Señor:"Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son Mis Caminos. Como el cielo es más alto que la tierra, Mis Caminos son más altos que los vuestros; Mis Planes que vuestros planes" (Is. 55, 8-9).


..Correr tras la voluntad de Dios es lo que me hace sentir viva.. 
Aunque pase por quebradas oscuras.
Aunque me duela, aunque no pueda.. Seguir hacia ese trayecto divino. Que por fe se que llegare a buen puerto. " Las puertas del Cielo"..

domingo, 12 de febrero de 2012

Tu me has seducido Senhor..

Cuando Dios te elige para ser suyo, no existe absolutamente ningún obstáculo que te aparte de su designio divino. 
Soy una de sus elegidas, aunque haya resistido anhos a este llamado, hoy me rindo enteramente a mi Senhor para hacer lo que El tiene para mi desde siempre.
Soy muy feliz por aceptar ese designio y consagrado mi corazón a su Madre espero serle fiel y perseverar en esta decisión cada día de mi vida.
La verdadera vocación está en comprometerse con algo y es ese compromiso es el que te regala la felicidad.